Si no eres de la Mina basta con pocos segundos para darte cuenta que eres la noticia.
Te miran con cara de "¿qué hace esa aquí?" seguro que es alguna de "Callejeros", o una de esas asistentes sociales. Aguantas la mirada, a menudo se sorprenden si sonríes, pero a la vez no tardan en preguntar "¿y tú qué haces aquí?". Yo digo: "fotos". Ahí se abre un nuevo mundo. Des de el "no me gustan los fotógrafos, sólo hacen fotos a los yonquis y nosotros tendremos yonquis pero no hay putas, en Barcelona hay putas" a un "hace cinco años que cobro para salir en fotos" o un "sabes dónde encontrar caballo blanco o color whisky, aquí sólo hay marrón del malo". Yo pienso, aquí el único caballo blanco que conozco es el de un tal Marcelo... contesto "pues no sé". Y así.
De todo, como en todas partes. Nadie intenta quedar bien y eso me gusta.
En la frutería "Lolita" fue dónde entablé la mayoría de conversaciones y entré en el día a día de los vecinos. Allí aprendí algo muy importante en la vida; a la gente se le endulza el carácter cunado compra fruta.










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