Más de 3.000 personas viven y duermen cada noche en las calles y albergues del área de Barcelona. Vivir en la calle es una de las manifestaciones más visibles de la exclusión social y la pobreza extrema en las ciudades.
A esta situación puede llegarse por razones muy diversas. La exclusión continuada del mercado laboral, los problemas relacionados con la inmigración, el deterioro de las redes sociales de soporte, la ruptura de las relaciones familiares y, en algunos casos, las enfermedades mentales y las adicciones, suelen ser las causas más frecuentes.
Siempre ha existido una enorme distancia entre el ciudadano medio -la mayoría de nosotros- y la gente "sin hogar". Pocas veces nos planteamos quiénes son y cómo han llegado a esta situación. Raramente pensamos que detrás de cada uno de ellos hay una persona con su historia, sus vivencias, sus esperanzas y sus temores. Se nos hace casi imposible aceptar que, tal vez, tengamos más puntos en común con ellos de lo que nunca hubiésemos podido imaginar.
Francesco, Antonio, Vasile, Fernando, Jaume, Pierre, Mohamed y Mercy viven en la calle. Compartí horas y vivencias con ellos durante casi tres meses; y quise reflejar en mis imágenes aquello que solo una mirada próxima y ajena a prejuicios puede captar. Huí, en la medida de lo posible, de esa visión "gran angular" de las fotografías estereotipadas de gente que vive en la calle y traté de mostrar simplemente a las personas que conocí.
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